martes, 26 de mayo de 2009

EN BUSCA DEL AGUA

El agua, un bien tan preciado y escaso en nuestra región, que su aprovechamiento, ha llegado ha agudizar la inteligencia e ingenio humano hasta límites que hoy en día, dados los medios de que disponemos, nos cuesta muchísimo entender.

Hoy el camino nos conduce a admirar el trabajo de unas gentes, que supieron exprimir hasta la última gota del variable y casi siempre escaso, caudal de nuestros ríos y ramblas. Una serie de obras hidráulicas han permitido la existencia de localidades como Mula, Albudeite, Campos de Río, Pliego tal y como hoy las conocemos. Nos dirigimos hacia el nacimiento de uno de los padres de las criaturas, el río Mula, en el termino municipal de Bullas, (actualmente no perteneciente a esta comarca sino al noroeste, difícil de entender que una comarca que lleva el nombre de un rió, termine su territorio precisamente en el termino municipal en el que este nace, cosas que pasan). A pesar de que el nacimiento original del río Mula se encontraba en la fuente de ucenda, la sobreexplotación ha hecho que este manantial se seque, por lo que es necesario descender unos km, hasta el conocido como Pasico de Ucenda para ver realmente brotar las aguas cristalinas del nacimiento de este río, aguas procedentes realmente de la canalización de un pozo situado unos metros más arriba," El Pozo del Pradillo".


Llegamos a este lugar atravesando un hermoso valle alfombrado con cultivos de viñedos, (no en vano estamos en tierra de deliciosos vinos con denominación de origen, "Bullas") dejamos atrás las viñas para encontrarnos con hermosas zonas de pinar, hacemos un alto obligado en el camino para fotografiar a este hermoso anciano, uno de los pinos mas viejos de la región de Murcia.


Tras deleitarnos con la belleza del entorno de Ucenda, retomamos nuestro camino.

Si el río Mula ha sido el padre de localidades como Mula, sin duda la madre ha sido la Acequia Mayor, una asombrosa obra de ingeniería hidráulica construida en época musulmana que conduce el agua durante 13 km hasta la población, sin más propulsión que su propia inercia. Un trabajo que visto sobre el terreno parece todavía más increíble, pues echando un vistazo al entorno la ciudad de mula ni siquiera se adivina, sin embargo estas gentes supieron calcular el punto exacto de cada tramo para que esto fuera posible. Anexo a la acequia se encuentra el azud de El Gallardo, donde el agua era embalsada, aunque actualmente lo vemos construido en piedra, originalmente era de tierra, cañas y palos por lo que ha sido destruido innumerables veces a causa de las riadas.

Y del laborioso trabajo de nuestros antepasados a una obra de ingeniería reciente, La presa de Doñana, concebida dentro del Plan general de defensa contra avenidas de1987 y gracias a la cual localidades como La Puebla, Los Baños y Albudeite han dejado de sufrir catastróficas riadas. Desde este punto nos dirigimos a Pliego


Si el origen del actual Pliego fue el caserío mudéjar, al que la población musulmana fue enviada tras la rebelión en 1266, y anteriormente el poblado de la mota, estos enclaves no fueron elegidos de forma aleatoria, sino que el agua una vez más ha sido decisiva. Un manantial natural que existía a los pies del barranco de la mota, permitió la creación de una fuente, la conocida hoy como Fuente de Los Caños.
Desde la fuente el agua era reconducida, descendiendo a través de una canalización que atravesaba el pueblo y tras mover una serie de ingenios que permitían el funcionamiento de molinos y almazaras, acababa en una balsa en los límites del casco urbano, sin la cual el agua hubiera vertido al barranco. Un paseo por la "Calle del Agua" nos lleva a conocer esta fuente y unos metros mas abajo, a visitar una vieja almazara, que probablemente ya funcionara en época islámica y que recientemente ha sido habilitada como museo.











Terminamos nuestra ruta en la balsa.
Formaba parte de esta balsa un reloj de sol, que probablemente se usara para repartir las tandas de riego, y digo formaba porque ha sido robado recientemente, algún "individuo", por no decir palabrotas que está feo, debió considerar que luciría más en su jardín, de él hoy tan solo se conserva el pedestal sobre el que se hallaba, situado en uno de los lados de la balsa, y por supuesto fotografias. Se trataba de un pequeño sol que asemejaba un rostro humano, labrado y pintado en piedra de la almagra, a su alrededor se marcaron las horas solares,la fecha 1751 estaba marcada en su superficie.

Y después de tanto paseo, nada mejor que un relajante baño de agua caliente, aunque solo sea con la imaginación, claro. Estamos en Los Baños, una pedanía muleña ubicada en la margen derecha del río Mula. Sus edificaciones, de los siglos XIX yXX en estilo ecléctico y neomudéjar, que emergen en la empinada ladera de una montaña, en distribución anexa, de una o dos plantas y fachadas con grandes balconadas en rejería de forja, presentan una gran singularidad, sus pozas de aguas termales que pueden ser tomadas por los visitantes en sus diferentes edificios. Se pueden alquilar desde pequeños apartamentos, a tan solo el baño por un tiempo determinado. Destacar de entre estas construcciones el encanto de sus paradores, con patios centrales a los que se abren galerías con balcones corridos en los que desembocan las habitaciones. Sin duda un alo de romanticismo envuelve a esta villa, de hay probablemente las numerosas leyendas existentes sobre la fertilidad de estas aguas.
En las fotos, dos de los paradores de mayor belleza, el "Parador de San Luis "de 1903 una de las primeras casas de baños y el "Parador Azul" respectivamente.


Tras subir la empinada ladera, llegamos hasta El Pozo, situado en un pequeño mirador, desde aquí podemos observar como esta fuente de aguas termales surge en un paisaje de aspecto casi desértico, sometido a una gran erosión que provoca la continua presencia de barrancos y ramblas que van a desembocar al río Mula. Esta aridez contrasta con el escaso desarrollo agrícola, tan solo pequeños terrenos de regadío en el entorno más inmediato del río.
Desde este punto podemos hacer un pequeño paseo por el tiempo. Divisamos frente a nosotros una parte de el Cerro de la Almagra que asoma sobre la margen izquierda del río, y donde probablemente sus habitantes ya disfrutaran de los beneficios de estas aguas (de todos es conocida la afición del pueblo romano a los baños termales ) fortalecida esta teoría, si consultamos las crónicas del historiador Franciscano Pablo Manuel Ortega, donde se relata la posibilidad de que en un principio las aguas termales emergieran por la margen izquierda, y que un seísmo en el S XVII fuera el causante de su enclave actual, lo que supondría la ubicación original de la villa en la margen opuesta del río, todo esto pendiente de las oportunas prospecciones.
A lo lejos, unas maravillosas vistas de la muela rocosa de la Puebla, coronada por la Fortaleza musulmana de Alcalá.

Terminamos nuestro paseo por Los Baños, en el barrio de la misericordia situado a unos metros del conjunto termal, en este lugar Francisco Gonzalez Dato construye en el siglo XIX una hospedería para pobres que tristemente ha sido destruida, si se conserva la ermita anexa consagrada a la Purísima Concepción y su talla, de gran belleza, ocultada por algún vecino durante la guerra civil

Y no podemos finalizar este viaje, con el agua de protagonista, sin conocer lo que fue la sede del Heredamiento de Aguas de Mula, y para ello, se hace necesario hacer un poco de historia.
Sabemos que el agua siempre ha sido un bien escaso y valiosísimo en nuestra región, pero no tenemos conocimiento sobre reparto y propiedad del agua hasta el siglo XVI.
El aumento de población que acarreó la Reconquista( para nosotros Conquista) y la consiguiente ampliación del perímetro

regado se tradujo en una desproporción creciente entre territorio y agua disponible, este hecho provocó que se formara un mercado del agua que generó una nueva clase social, "Los Señores del Agua"que detentarán el poder político y económico de comarcas como Lorca y Mula durante siglos. Se sabe que en el S. XVI de cada 20 partes de agua, 1 correspondía al Pueblo y las 19 restantes a los señores del agua.

Pero ¿Como se vendía el agua?, los señores del agua la vendían, pero no se sabe muy bien como, con la separación de tierra y agua se producía la privatización de un bien que hasta entonces había sido público, pero no es hasta 1853 en que se publican las primeras "Ordenanzas de Aguas" cuando tenemos realmente constancia de como funcionaba este mercado, aunque este tipo de legislación sobre aguas existiera probablemente desde época islámica.
La sede del Heredamiento se construiría unos años más tarde en 1864 según plano de Jose Lopez Sanz, previamente se organizarían las reuniones en algun edificio relevante como el ayuntamiento o el casino.

Las ventas del agua se realizaban mediante subasta pública, primero se subastaban los días y luego las noches, siguiendo un sistema de tandas que constaba de 21 días, se utilizaba el padrón de cada lugar para imponer un orden en las subastas, y era el precio alcanzado por las "hilas "del propio ayuntamiento las que ponían precio al agua de cada jornada (siempre tenía preferencia en la venta, aquel que juntara una hila, ya que esta se subdividía en 4 cuartos). Semejante precisión quedaba reflejado en los "libros del agua", que registraban de modo riguroso y exhaustivo a los dueños de cualquier porción de caudal, eran por tanto los encargados de regir el riego y su duración.

Un sistema injusto ya que daba lugar a precios especulativos creando graves situaciones de desigualdad especialmente en tiempos de escasez en que el agua adquiría unos precios desorbitados. Los agricultores más modestos veían como se perdían sus cosechas mientras las de las clases adineradas lucían su mayor esplendor. Este sistema sinembargo sobrevivió en Mula hasta 1966 movido por los intereses de las clases acomodadas.
El día 1 de agosto se realizó la última subasta, pasando la comunidad de regantes (constituida en 1935) a hacerse cargo de toda la gestión del agua

El edificio del heredamiento, hoy cerrado conserva el mobiliario original del S XIX, parece pedir a gritos !quiero ser museo!. Según nos han informado esta prevista su habilitación como centro de interpretación con el agua de protagonista, sin duda alguna una ubicación immejarable: En la Calle del Caño, a tan solo unos metros "La Casa Pintada" y "El Cigarralejo" y nada más subir la empinada cuesta, la plaza del Ayuntamiento, con la Iglesia de San Miguel, que alberga una importantísima colección de pinturas de los siglos XVI al XX donación de Doña Pilar de la Canal (cumpliendo la última voluntad de su esposo D. Pedro Luis Blaya). Una ruta museística realmente interesante, esperemos que el proyecto prospere y pronto podamos disfrutarlo.

RUTA NACIMIENTO RIO MULA - PLIEGO

LAS MURALLAS DE UN PASADO ISLAMICO: LA PUEBLA DE MULA Y PLIEGO

Sábado 16 de mayo, continuamos caminando por nuestro pasado islámico, destinos hoy: La Fortaleza de Alcalá en La puebla de Mula y Poblado de la Mota y Castillo en Pliego

La impresionante fortaleza de Alcalá se encuentra situada en las cercanías de La Puebla de Mula, en lo alto de un cerro, a unos 120 m de altura. Esta catalogada como una de las fortalezas islámicas más antiguas de la región de Murcia. Algunos autores la remontan al SVIII cuando las tropas musulmanas se establecieron en este lugar con el fin de controlar a la población de la vecina ciudad de la Almagra, más tarde Castellanos darían el mismo uso controlando a la morería instalada en la actual Puebla de Mula. Su carácter eminentemente estratégico como punto de control de territorio y las vías de comunicación, se evidencia nada más subir a la cima, con un campo de visión de unos 10 Km a la redonda. Hoy en día simplemente nos deleitamos con unas vistas de una belleza innegable.
Comenzamos el ascenso a pie, nada más comenzar el trayecto encontramos la primera sorpresa en el camino, un petroglifo con decoración de cazoletas, típica manifestación artística de arte rupestre al aire libre. Esperamos que siga ahí por mucho tiempo o por lo menos hasta que un ”tan necesitado” museo arqueológico en Mula pueda albergarlo.
Continuamos el ascenso, a lo largo del camino podemos ir observando numerosos restos de cerámicas y mármoles, hay que tener en cuenta que no solamente los musulmanes pusieron el ojo en este cerro, sino que antes atrajo a hombres de otras culturas. Aquí se han encontrado uno de los pocos fragmentos de vaso campaniforme que se conservan en la región, también abundan los restos argáricos, ibéricos y romanos. Conforme nos acercamos a la cumbre vemos las impresionantes paredes de la muela rocosa en que tan hábilmente se enclava la muralla, convirtiéndola en una fortaleza prácticamente inexpugnable.


Llegamos a la puerta recientemente restaurada, se trata de una entrada acodada, seguramente del siglo XII, (la única en pie de la región de Murcia) ideada para dificultar la entrada al enemigo. Forma un estrecho pasillo, dividido en dos tramos y cubierto con bóveda de cañón, todavía se conservan los ladrillos originales de los arcos de la bóveda. Atravesamos la doble puerta y accedemos a la cima. La única estructura que se conserva en pie es precisamente en la que se encuentra enclavada la puerta de acceso, es de planta rectangular y de una altura de unos 10 metros, todavía visible gracias a que se conserva una de las esquinas, formando una especie de dedo. Una vez más el tapial con sus menchinales como materiales de construcción. Destacar los elementos romanos extraídos del vecino cerro de la Almagra que se pueden observar en los paños de muralla.


Pero si hay algo que capte la atención en esta planicie es el enorme pozo excavado hasta perforar la capa freática del río, satisfaciendo así las necesidades de agua. Un trabajo admirable dadas las técnicas existentes en la época y que se completa con un conjunto de cisternas realizadas en mortero de cal, de planta rectangular y techo abovedado, adosadas en batería y comunicadas entre si, que probablemente se utilizaran como aljibes, depósitos de grano o almacén, e incluso como refugios. Algunas de ellas conservan su estructura intacta. También aquí se puede ver la reutilización de materiales en la construcción de sus paredes como algun resto de piedra de molino
















La fortaleza de Alcalá se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural.

El siguiente alto en el camino lo hacemos en Pliego, dirigimos nuestros pasos en dirección al castillo.


Construido y utilizado por musulmanes desde finales del SXII a principios del XIII y luego por castellanos desde 1243 (Tratado de Alcaraz) hasta principios del siglo XVI, en que la fortaleza cayó en desuso. Tuvo unas funciones de defensa para los primeros y control para los segundos de la población musulmana, asentada originariamente en el poblado de la Mota y más tarde trasladada al caserío, tras la rebelión mudéjar de los años 1264-1266.
Desde etapa islámica el castillo se estructuró en dos recintos defensivos. El superior cerrado, ocupa la cumbre y el inferior, definido por una línea de muro, protegía un sector de la ladera, mientras el otro lado quedaba abierto confiando en la eficacia disuasoria de las defensas naturales. Toda la construcción originaria es de tapial, aunque en alguna reparación puntual se empleó la mampostería.
Accedemos al castillo por el recinto superior, la muralla de este recinto estaba jalonada por siete torres de planta cuadrangular. Dentro de este espacio hubo algunas edificaciones cuya función y adscripción cronológica todavía están por determinar. De las torres de la muralla, la principal, la torre del homenaje situada en el frente Este, está totalmente rehabilitada y hoy constituye el elemento defensivo de mayor realce del castillo. Su mitad inferior es maciza mientras la superior es hueca y dividida en dos alturas.

Desde lo alto del cerro observamos los restos de lo que fue la muralla inferior, podemos ver una línea de muro que comprende un tramo de la ladera del cerro de Oeste a Sur, y que engloba el recinto superior a modo de antemuro. El flanco norte de este espacio está totalmente abierto. Hacia mitad del recorrido de la muralla se localiza la puerta, flanqueada por un torreón. En un tramo aún es posible apreciar todos los elementos que conforman su remate: paso de ronda, pretil y merlones. Precisamente es la construcción de esta puerta lo que puede hacer pensar que quizás la muralla nunca se concluyo por falta de tiempo con el abandono del castillo por los musulmanes tras la toma castellana.

En el interior del recinto inferior no hubo edificaciones, salvo un aljibe situado a levante, en las proximidades del recinto superior.












Concluimos hoy nuestro camino en el ya anteriormente mencionado Poblado de la Mota conocido popularmente como Castillo de las Paleras.

Nada más llegar entendemos el porque de esta denominación, la abundancia de esta espinosa planta dificultará considerablemente nuestro ascenso. En esta pequeña elevación amesetada se instaló el primer asentamiento medieval islámico de la zona, origen por tanto del actual Pliego.
No se sabe exactamente de que época es su fundación pero sí que su mayor apogeo lo vivió en el S XII, que fue cuando adquirió el carácter defensivo que todavía se adivina en sus ruinas.
Las viviendas debieron estar situadas en la zona más elevada, dispuestas en calles empinadas y laberínticas dada la topografía del terreno. La muralla de tapial protegía toda la zona.
El cementerio se situaba en extramuros junto a la puerta de entrada, con el fin de que los que por allí pasaran rezaran por el alma de los difuntos. Siempre en terrenos vírgenes y tras ser bañados según el ritual de purificación del agua "Guadoc" eran enterrados con o sin caja, según preferencia, no había aquí motivos sociales ya que el pueblo musulmán considera, sabiamente, que la muerte nos iguala a todos.


Poblado de la Mota y Castillo de Pliego fueron declarados bien de interés cultural en 1985

RUTA MULA ISLAMICA

martes, 19 de mayo de 2009

CAMINANDO POR LA MULA ISLAMICA

Nuestros pasos nos llevarán hoy a pasear por el perímetro de lo que fue la Mula musulmana.

Situada ya en su enclave actual, la Mula islámica nace en la falda de una colina, a los pies de la Alcazaba. Este fue el lugar al que se trasladó la población tras su violenta expulsión de la Almagra, hacia el año 825 d.C, bajo las ordenes de Abderraman II.
La fortaleza contaba con una doble muralla con numerosas torres. La muralla interna constituía posíblemente un Albacar utilizado como último reducto defensivo y zona de pastos en época de paz. La construcción de un aljibe en su interior garantizaba el suministro de agua. La población se distribuía entre los limites de las dos murallas, el trazado era laberíntico, con calles estrechas que no llegaban a ningún sitio y sin espacios abiertos. La acequia mayor, sin la cual no existiría Mula, por lo menos no como actualmente la conocemos, comenzaba unos 50 metros más allá, y regaba la huerta dispuesta en pequeñas terrazas. Un entramado de acequias perpendiculares al gran canal se encargaban de ello.

Comenzamos el camino en la parroquia de Santo Domingo, que junto con la ermita del Carmen, entonces San Miguel, constituían las dos mezquitas de la ciudad. A poco que andamos ya encontramos restos de muralla aprovechada en las construcciones actuales, seguimos en dirección a la ermita del Carmen, donde se conserva un considerable tramo de este muro defensivo, aquí se adivina lo que era una de las puertas de acceso a la ciudad.
En nuestra subida al Castillo, siguiendo el camino peatonal habilitado por el ayuntamiento, podemos ir observando numerosos restos de muralla y torres, muchas veces prácticamente integradas en el interior de las viviendas.













Dejamos a nuestra izquierda el barranco del Albollón, que junto con el Barrancal delimitaba de una forma natural la antigua ciudad, seguimos caminando hasta llegar a la conocida popularmente como "Cueva de los Moros", realmente se trata del aljibe, lo que nos situa en los límites de la zona que abrazaba el albacar o antemuralla. Aunque el ascenso es un poco complicado por la abundante vegetación, especialmente por el carácter también defensivo de algunas plantas, merece la pena el esfuerzo y acceder a su interior. Una vez dentro adivinamos el dibujo de lo que fue la antigua bóveda, sus restos ahí están, en el suelo bajo nuestros pies, nos llama la atención el enorme grosor de los muros y su decoración incisa para un mayor agarre del enlucido. Aunque todavía se conservan en pie sus cuatro paredes, no sera así por mucho tiempo (si las personas competentes no lo remedian) dado el lamentable estado de abandono en que se encuentra, no solo el aljibe, sino también los lienzos de muralla en los que claramente se ve como el tapial se está desprendiendo.






Si no quieres sufrir, tapate los ojos o mira para otro lado. "Ojos que no ven, corazón que no siente".



Caminando hacia el este, y desde un mirador divisamos la zona conocida como el pontarrón, donde parece ser que se ubicaba la judería, además de deleitarnos con unas maravillosas vistas de Mula y su huerta, o más bien lo que queda de ella.
Como curiosidad las plantas centenarias de aloe vera que nos encontramos en el camino, con su gigantesca flor que lo atestigua.




martes, 12 de mayo de 2009

UN PASEO POR LAS VILLAE. Villaricos y Fuente Caputa

Desde la Almagra nos dirigimos a una de las "Villae" que la abastecía, Villaricos. Situada en el paraje conocido como el Arreaque a unos 5 km de Mula, es el ejemplo de típica villa romana, un tipo de asentamiento rural que surgió para abastercer a las ciudades. Se trataba de unidades de explotación agropecuaria, de carácter unifamiliar ubicadas en un territorio más o menos extenso, con unos edificios dedicados a funciones residenciales y otros a los propios de su actividad económica, en el caso de Villaricos una gran factoría de aceite

Las diferentes campañas de excavación llevadas a cabo en el yacimiento desde mediados de los 80, nos hablan de una cronología desde probablemente mediados del siglo I al sigloVI. Era la típica Villa romana, su zona dominical, la de sirvientes y las propias de la explotación, pero la gran pecularidad de Villaricos es el ser una villa termal, hecho que contrasta con la extrema aridez del terreno a causa de la escasez de recursos hídricos. Fuentes y pozos debían abastecer este asentamiento, ya que la posibilidad de traer agua de ríos o ramblas cercanas es prácticamente imposible para la época.

En el conjunto termal se distingue una gran sala desde la que se accede a las distintas habitaciones destinadas al baño y servicios anexos. Todo un ritual se seguía en este tipo de Baños, comenzando desde las aguas más calientes o baño de vapor (Laconium) continuando con las aguas calientes o templadas(Caldarium) y por último las aguas frías (Frigidarium).
La zona de agua caliente se encuentra sobreelevada con el fin de crear una cámara de aire bajo el suelo a modo de horno para conseguir calentar el agua (hipocaustum), se pueden observar las columnillas de ladrillos (Suspensuras) que sostenían los pavimentos y como todas las habitaciones estaban comunicadas mediante arcos para el paso del aire caliente.
Del conjunto destaca una de las termas de planta octogonal, una gran piscina, construida a base de piedras medianas revestida con mortero hidráulico que protegía las paredes de la humedad y una pequeña bañera para baños de asiento.


Otro de los espacios significativos es la gran cisterna, en donde se almacenaba toda el agua de lluvia, que era reconducida hacia el depósito a través de un ingenioso sistema de canalizaciones. Esta cisterna está cubierta con grandes losas rectangulares de piedra sustentada por 4 enormes columnas y una gran viga. Las paredes están enlucidas con mortero de cal. Desde el exterior se puede observar un agujero circular a través del cual se extraía el agua. Se halló una tubería de plomo que vertía en el interior de la cisterna el agua recogida de las canalizaciones.


Si seguimos caminando a través del corredor que comunica las distintas zonas llegamos a la parte Dominical, donde se distinguen un gran numero de salas, distribuidas en torno a una patio central(Impluvium) destacar el gran salón (triclínium) decorado con mosaico blanco y negro (s V), y la Basílica (ya de época Cristiana S.IV, en que el cristianismo entra en Mula) que no era otra cosa que el triclinium al que se le agrega un ábside. Esta Basílica funcionaría para todas la Villae de la zona.


En el S.VI a causa de la gran perdida de población que supuso la epidemia de peste que asoló España, gran parte del patio se convierte en cementerio.
Debido a la amplia cronología del yacimiento también encontramos ejemplo de inhumación de época pagana en Villaricos, se encuentra en la zona Este y alejado del lugar de habitat como erá norma en este tipo enterramiento, los restos se encontraron con una moneda u óbolo en la boca.

En la zona norte se encuentran un gran numero de habitaciones que tendrían diferentes usos, alojamiento de sirvientes, cuadras, los propios de la factoría etc. Destaca una gran nave, en la zona noreste y una habitación previa, probablemente destinada a almacenamiento de la oliva ya que tiene el suelo ligeramente inclinado hacia otra dependencia, siempre con la idea de no perder ni una gota de este oro líquido, tan precidado desde mundo antiguo.
Continuando nuestro paseo por las villae romanas, llegamos a Fuente Caputa, en particular al paraje conocido como Abrevadero de la Fuente, justo en frente de dicho lugar en un pequeño montículo se encuentran los restos arqueológicos de lo que debió ser un asentamiento rural, aquí se ha encontrado abundante material cerámico fechado entre los siglos I y II d.c casi todo ánforas y algo de fragmentos de vajilla de mesa y cerámica de cocina.
Lo curioso de este enclave, es que a pesar de la cercanía al manantial de caputa, la posibilidad de traer el agua desde aquí hasta la villa era prácticamente imposible al encontrarse esta a una considerable mayor altitud, unos 30 m, impensable para las técnicas de la época; esto llevo a la búsqueda por parte de Juan Gonzalez Castaño, historiador muleño conocedor y divulgador como nadie de la historia de esta comarca, y profesor durante 4 meses de estos humildes discípulos, al descubrimiento del pantano del que se abastecía realmente la villa.

Se encuentra a poco más de 2 km de Fuente Caputa, en El Ardal, un lugar de una gran belleza paisajística, especialmente ahora en primavera, aquí podemos observar lo que queda de la gran presa romana y el embalse actual probablemente del S.XVI.

La presa es un gran muro de piedras cimentadas de medianas dimensiones, trabadas con cal y argamasa y construida en un desnivel del terreno, de ella parten dos pequeñas acequias, una de ella sería la que llegaba hasta la Villa de Fuente Caputa