martes, 12 de mayo de 2009

UN PASEO POR LAS VILLAE. Villaricos y Fuente Caputa

Desde la Almagra nos dirigimos a una de las "Villae" que la abastecía, Villaricos. Situada en el paraje conocido como el Arreaque a unos 5 km de Mula, es el ejemplo de típica villa romana, un tipo de asentamiento rural que surgió para abastercer a las ciudades. Se trataba de unidades de explotación agropecuaria, de carácter unifamiliar ubicadas en un territorio más o menos extenso, con unos edificios dedicados a funciones residenciales y otros a los propios de su actividad económica, en el caso de Villaricos una gran factoría de aceite

Las diferentes campañas de excavación llevadas a cabo en el yacimiento desde mediados de los 80, nos hablan de una cronología desde probablemente mediados del siglo I al sigloVI. Era la típica Villa romana, su zona dominical, la de sirvientes y las propias de la explotación, pero la gran pecularidad de Villaricos es el ser una villa termal, hecho que contrasta con la extrema aridez del terreno a causa de la escasez de recursos hídricos. Fuentes y pozos debían abastecer este asentamiento, ya que la posibilidad de traer agua de ríos o ramblas cercanas es prácticamente imposible para la época.

En el conjunto termal se distingue una gran sala desde la que se accede a las distintas habitaciones destinadas al baño y servicios anexos. Todo un ritual se seguía en este tipo de Baños, comenzando desde las aguas más calientes o baño de vapor (Laconium) continuando con las aguas calientes o templadas(Caldarium) y por último las aguas frías (Frigidarium).
La zona de agua caliente se encuentra sobreelevada con el fin de crear una cámara de aire bajo el suelo a modo de horno para conseguir calentar el agua (hipocaustum), se pueden observar las columnillas de ladrillos (Suspensuras) que sostenían los pavimentos y como todas las habitaciones estaban comunicadas mediante arcos para el paso del aire caliente.
Del conjunto destaca una de las termas de planta octogonal, una gran piscina, construida a base de piedras medianas revestida con mortero hidráulico que protegía las paredes de la humedad y una pequeña bañera para baños de asiento.


Otro de los espacios significativos es la gran cisterna, en donde se almacenaba toda el agua de lluvia, que era reconducida hacia el depósito a través de un ingenioso sistema de canalizaciones. Esta cisterna está cubierta con grandes losas rectangulares de piedra sustentada por 4 enormes columnas y una gran viga. Las paredes están enlucidas con mortero de cal. Desde el exterior se puede observar un agujero circular a través del cual se extraía el agua. Se halló una tubería de plomo que vertía en el interior de la cisterna el agua recogida de las canalizaciones.


Si seguimos caminando a través del corredor que comunica las distintas zonas llegamos a la parte Dominical, donde se distinguen un gran numero de salas, distribuidas en torno a una patio central(Impluvium) destacar el gran salón (triclínium) decorado con mosaico blanco y negro (s V), y la Basílica (ya de época Cristiana S.IV, en que el cristianismo entra en Mula) que no era otra cosa que el triclinium al que se le agrega un ábside. Esta Basílica funcionaría para todas la Villae de la zona.


En el S.VI a causa de la gran perdida de población que supuso la epidemia de peste que asoló España, gran parte del patio se convierte en cementerio.
Debido a la amplia cronología del yacimiento también encontramos ejemplo de inhumación de época pagana en Villaricos, se encuentra en la zona Este y alejado del lugar de habitat como erá norma en este tipo enterramiento, los restos se encontraron con una moneda u óbolo en la boca.

En la zona norte se encuentran un gran numero de habitaciones que tendrían diferentes usos, alojamiento de sirvientes, cuadras, los propios de la factoría etc. Destaca una gran nave, en la zona noreste y una habitación previa, probablemente destinada a almacenamiento de la oliva ya que tiene el suelo ligeramente inclinado hacia otra dependencia, siempre con la idea de no perder ni una gota de este oro líquido, tan precidado desde mundo antiguo.
Continuando nuestro paseo por las villae romanas, llegamos a Fuente Caputa, en particular al paraje conocido como Abrevadero de la Fuente, justo en frente de dicho lugar en un pequeño montículo se encuentran los restos arqueológicos de lo que debió ser un asentamiento rural, aquí se ha encontrado abundante material cerámico fechado entre los siglos I y II d.c casi todo ánforas y algo de fragmentos de vajilla de mesa y cerámica de cocina.
Lo curioso de este enclave, es que a pesar de la cercanía al manantial de caputa, la posibilidad de traer el agua desde aquí hasta la villa era prácticamente imposible al encontrarse esta a una considerable mayor altitud, unos 30 m, impensable para las técnicas de la época; esto llevo a la búsqueda por parte de Juan Gonzalez Castaño, historiador muleño conocedor y divulgador como nadie de la historia de esta comarca, y profesor durante 4 meses de estos humildes discípulos, al descubrimiento del pantano del que se abastecía realmente la villa.

Se encuentra a poco más de 2 km de Fuente Caputa, en El Ardal, un lugar de una gran belleza paisajística, especialmente ahora en primavera, aquí podemos observar lo que queda de la gran presa romana y el embalse actual probablemente del S.XVI.

La presa es un gran muro de piedras cimentadas de medianas dimensiones, trabadas con cal y argamasa y construida en un desnivel del terreno, de ella parten dos pequeñas acequias, una de ella sería la que llegaba hasta la Villa de Fuente Caputa


No hay comentarios:

Publicar un comentario