Sábado 16 de mayo, continuamos caminando por nuestro pasado islámico, destinos hoy: La Fortaleza de Alcalá en La puebla de Mula y Poblado de la Mota y Castillo en Pliego


Continuamos el ascenso, a lo largo del camino podemos ir observando numerosos restos de cerámicas y mármoles, hay que tener en cuenta que no solamente los musulmanes pusieron el ojo en este cerro, sino que antes atrajo a hombres de otras culturas. Aquí se han encontrado uno de los pocos fragmentos de vaso campaniforme que se conservan en la región, también abundan los restos argáricos, ibéricos y romanos. Conforme nos acercamos a la cumbre vemos las impresionantes paredes de la muela rocosa en que tan hábilmente se enclava la muralla, convirtiéndola en una fortaleza prácticamente inexpugnable.



La fortaleza de Alcalá se encuentra catalogada como Bien de Interés Cultural.
El siguiente alto en el camino lo hacemos en Pliego, dirigimos nuestros pasos en dirección al castillo.


Construido y utilizado por musulmanes desde finales del SXII a principios del XIII y luego por castellanos desde 1243 (Tratado de Alcaraz) hasta principios del siglo XVI, en que la fortaleza cayó en desuso. Tuvo unas funciones de defensa para los primeros y control para los segundos de la población musulmana, asentada originariamente en el poblado de la Mota y más tarde trasladada al caserío, tras la rebelión mudéjar de los años 1264-1266.

Accedemos al castillo por el recinto superior, la muralla de este recinto estaba jalonada por siete torres de planta cuadrangular. Dentro de este espacio hubo algunas edificaciones cuya función y adscripción cronológica todavía están por determinar. De las torres de la muralla, la principal, la torre del homenaje situada en el frente Este, está totalmente rehabilitada y hoy constituye el elemento defensivo de mayor realce del castillo. Su mitad inferior es maciza mientras la superior es hueca y dividida en dos alturas.
Desde lo alto del cerro observamos los restos de lo que fue la muralla inferior, podemos ver una línea de muro que comprende un tramo de la ladera del cerro de Oeste a Sur, y que engloba el recinto superior a modo de antemuro. El flanco norte de este espacio está totalmente abierto. Hacia mitad del recorrido de la muralla se localiza la puerta, flanqueada por un torreón. En un tramo aún es posible apreciar todos los elementos que conforman su remate: paso de ronda, pretil y merlones. Precisamente es la construcción de esta puerta lo

En el interior del recinto inferior no hubo edificaciones, salvo un aljibe situado a levante, en las proximidades del recinto superior.

Concluimos hoy nuestro camino en el ya anteriormente mencionado Poblado de la Mota conocido popularmente como Castillo de las Paleras.
No se sabe exactamente de que época es su fundación pero sí que su mayor apogeo lo vivió en el S XII, que fue cuando adquirió el carácter defensivo que todavía se adivina en sus ruinas.
Las viviendas debieron estar situadas en la zona más elevada, dispuestas en calles empinadas y laberínticas dada la topografía del terreno. La muralla de tapial protegía toda la zona.
El cementerio se situaba en extramuros junto a la puerta de entrada, con el fin de que los que por allí pasaran rezaran por el alma de los difuntos. Siempre en terrenos vírgenes y tras ser bañados según el ritual de purificación del agua "Guadoc" eran enterrados con o sin caja, según preferencia, no había aquí motivos sociales ya que el pueblo musulmán considera, sabiamente, que la muerte nos iguala a todos.
Poblado de la Mota y Castillo de Pliego fueron declarados bien de interés cultural en 1985
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